Inanna, diosa sumeria del cielo y de la tierra, del amor y la fertilidad. De la conjunción de los cuatro elementos de la naturaleza nace este néctar de matices infinitos; Elaborado a partir de un delicado trabajo artesano que va desde la vendimia de nuestras cepas mas viejas, pasando por un despalillado con tracción animal y posterior fermentación y maduración en tenajas de barro y barricas de roble; aportándole al vino nuestra energía y espiritualidad.